Publicado en: 2020-08-24
Bebe su vida con gusto a primavera,
de esa narrada en discos polvosos, pues nunca la vio pasar,
cada tarde, de tres sorbos, apila en la panza
flores de metal
tormentas de polen
y el destello de una masacre más,
un sorbito, dos sorbitos, tres sorbitos
y prenda la tele que aquí no ha vuelto a pasar nada.
La noche se mece en sus piernas de trueno,
de esas bañadas en besos solo si ensartan goles,
59 soles le golpean el pecho, regalo de la madre, al niño
sonrisa de azúcar
abrazos de río
y sangre reseca envuelta en hojas de plátano,
un niño, tres niños, cinco niños
y apague la tele que aquí un latido negro no vale nada.
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